5 ene 2008

Ajena


Enredada entre montones de sensaciones, de sentimientos. Eligiendo un color para vestir mi personalidad de ese día. Imaginando cuentos, fantasías y aventuras. Mirando pájaros brillantes, opacos y azules. Observando una vida, que creo que era mía. Leyendo errores, jugando con las estrellas, inventando nubes. Alejándome del sol, descrubriendo la luna. Me senté bajo el farol, y me di cuenta...Me encontré con vos, que eras yo... y me ví, por primera vez como alguien ajeno, como alguien que no era yo, y que no me simpatizaba en lo más mínimo... mi psicólogo me dijo que es normal: que uno no suele reconocerse luego de matar a su propio hijo.
(L.S.)

2 comentarios:

El Hombre Ilustrado dijo...

gracias...

Donato dijo...

Ah, no... Tengo que pasar más seguido por acá.
Si fue ficción fue maravillosamente narrada.
Si fue realidad, no alcanzan la cantidad de abrazos que me diste ganas de darte con la última frase.