No sé.

No sé por dónde empezar, no sé si repetirte que te quiero o preguntarte si me seguís queriendo. Podría recordarte mil anécdotas, para que no me extrañes tanto, pero no sé, porque no sé si todavía me querés. Tampoco sé si vas a volver pronto, no sé si es conveniente preguntártelo ahora, en realidad. No sé qué es lo que querés de mí, no sé por qué viniste, por qué me amaste ni por qué -de repente- te fuiste. Ya no sé si quiero que vengas, aunque te quiero y te extraño. No sé por qué gira el mundo -si es que gira- ni para dónde gira. No sé silbar, no sé nadar, no sé matar, no sé si estás ahí y ya, a esta altura, empiezo a dudar de si yo soy yo.

No sé si quiero saber.

Creo que tengo miedo.

(L.S.)